LIBROS PUBLICADOS POR Eduardo García Carmona...

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miércoles, 28 de abril de 2021

FUENTES CARRIONAS, donde el cielo y la tierra se abrazan…


 …y el arroyo ARAUZ es un “paraíso para las pintonas”


Desde el 1º de Mayo se podrá pescar en éste coto en plena Montaña Palentina

 

Texto: Eduardo García Carmona. Fotos: J.L. Méndez Gª

 


Con llegar hasta  Triollo y Vidrieros el caminante y pescador quedará prendado de lo que le rodea. Es la Montaña Palentina que, después de circundar carreteras por el pantano, se otea en el horizonte ya próximo mostrándote la delicadeza, belleza y sinfonía que ofrece una tierra paradisíaca que no tiene que envidiar a ninguna otra en el mundo. Eso ocurre con todo el norte de España pero se acrecienta por éstos lares.


Conocedor de que todas la “comparaciones son odiosas”, no me resisto a decir que esta zona entre León y Palencia es “La Patagonia española” por las cumbres y los mil ríos, arroyuelos y arroyos que serpentean entre sus montañas y llanos altos.

En las profundidades de los cielos con el sol como testigo, las aguas brotan de los manantiales dando vida a la Montaña Palentina. Algunos cursos, pobres en caudal, se arremolinan formando corros entre musgo, hierbas y piedras.


Acariciando las masas de agua y la escasa vegetación, los soplos en forma de viento, también se arremolinan junto al camino formando, a veces, “humos impropios” para una atmósfera plena de oxígeno, bondad y limpieza natural que te hace respirar ensanchando los pulmones a todo ritmo, como al propio corazón. Son los aires de la montaña palentina. Son las aguas juguetonas y cantarinas que nos llevarán por un camino angosto hasta el río ARAUZ, pasando antes por el refugio de pesca del coto de Vidrieros, el puente derruido del Teblo, y otros que aún perduran para regocijo de quienes transitan por la zona de excursión y no se atreven a cruzar, especialmente en invierno, las aguas del río Carrión. Pero, los pescadores

continuarán camino hacia más arriba, hasta llegar al río ARAUZ, tras circundar el coto de Pineda e, incluso hasta el arroyo Cortés, afluente del Arauz con aguas tan transparentes que sirven de fuente para saciar la sed. No es de extrañar que “las pintonas” estén en la gloria teniendo un paraíso de aguas puras y cristalinas.


EL COTO DE ARAUZ

Dejando las fuentes del río Carrión a la izquierda, seguimos el camino marcado por el arroyo de Arauz no dando crédito a tanta belleza natural. Las aguas transparentes y cantarinas nos saludan y muestran su encanto y poderío, dependiendo de la época en la que estemos. Si es invierno, el río bajará fuerte y bravío. Si es primavera, el Arauz se muestra galante y con señorío. Si es verano, el arroyo es “arroyuelo” por la pérdida de caudal.


Las mejores zonas de pesca se encuentran en la parte inferior del coto, donde éste entrega las aguas al Carrión. Siguiendo el cauce, aguas arriba hasta el cruce con el arroyo Cortés, nos encontraremos una infinidad de tiradas para practicar a mosca seca, mosquito ahogado o cucharilla de un solo anzuelo y sin muerte por tratarse de un COTO SIN MUERTE. Cualquiera de las artes elegidas nos dará satisfacciones porque en cada curva nos encontraremos

echadas hermosas donde pescando con sigilo y sin prisas, las truchas se ofrecerán al pescador con bravura. Las sorpresas son mayúsculas para ser un arroyo de montaña. Existen ejemplares que, además del tamaño, ofrecen unas libreas sensacionales de belleza, con un colorido que refleja la hermosura de la zona.

EL LÍMITE SUPERIOR del coto de ARAUZ, que tiene una longitud de 4,71 kilómetros, está situado en la desembocadura del arroyo Cortés. El LÍMITE INFERIOR, en la desembocadura del río Arauz en el Carrión.


Se puede pescar de lunes a domingo por ser un coto sin muerte o de captura y suelta y sólo se expiden 8 PERMISOS por día, aunque la mayoría no se cubren, salvo excepciones y épocas.

Un coto recomendado a partir del 1º de Mayo, día en el que la Junta de Castilla y León tiene asignada su apertura por ser un río de montaña muy especial y al que hay que proteger todo lo que se pueda porque es el verdadero vivero o piscifactoría natural para el río madre, el Carrión.




martes, 20 de abril de 2021

En León, PARDAVÉ es “la escuela de pesca para miles de aficionados”…


Las orillas del Torío, en Pardavé, son “la excelencia de pesca” que buscan a diario los pescadores


PARDAVÉ es pesca, naturaleza, encanto Y CORMORÁN

 

Texto y fotos: Eduardo García Carmona

 

Pardavé, es un bello pueblo leonés que está a orillas del río Torío, donde éste cobra su "mayoría de edad" en caudal. La localidad de Pardavé se sitúa en las dos orillas de este  río truchero leonés.


Se comunica, desde la zona de carretera general, por un estrecho puente con muchos años de historia, que soportaba a diario una gran circulación y por ello las autoridades competentes sacaron, hace unos años, todo el tráfico rodado haciendo una circunvalación al pueblo, con lo que la localidad ha ganado en seguridad y tranquilidad, perdiendo las visitas continuadas a los bares de la localidad y, especialmente, a la fuente del pueblo con aguas puras, cristalinas y “heladas” todo el año que sirven para saciar la sed de lugareños y visitantes.


Al pasar por el puente antiguo, sin querer, miramos para el río Torío que lo atraviesa con gallardía, coraje y  velocidad, que se comprueba en sus aguas batidas y un colorido especial en esta época del año, de tonalidad verde a lo lejos y casi transparente al acercarse. Corren sus aguas presurosas por llegar al remanso, dibujando en su pasar serpientes multicolores que se pierden a la vista entre árboles y matorrales, entre huertas y montaña, entre robles, alisos y chopos.


El paraje en esta zona es ideal. Al frente, aguas arriba, la montaña con sus hoces anteriormente recorridas.

Las casas, en las orillas, caen en vertical hasta las piedras del río, haciendo de fortín inexpugnable en caso de riadas. Están construidas la mayoría en pura piedra de la montaña, que parecen  losas imposibles de alzar y colocar para formar la pared.


Las gentes, como todas las de la zona próxima, son afables y cordiales con el visitante, quizás de pocas palabras, pero atentas. En su rostro se notan los aires de la montaña que curten completamente la cara, siendo su tez morena, su mirar cansino y algo distraído. Se trata de una población envejecida que cobra vida y esplendor en los veranos con las visitas de hijos del pueblo.


Por debajo de Pardavé, el Torío profundiza en las rocas, las recorta dándolas diversas formas, algunas, con imaginación, parecen siluetas conocidas. A un lado y otro, hermosas praderas con verdor exuberante y alguna que otra huerta y siempre presentes los chopos en la misma orilla clavándose en el cielo. Son abundantes los arroyos y fuentes con aguas cristalinas, puras, donde el pescador puede saciar su sed y reposa del cansino esfuerzo al intentar engañar a "la pintona".

La maleza en las orillas es abundante y dificulta demasiado el ir y venir del pescador pero, el Torío para los ojos del aficionado, baja hermoso en estas fechas con abundante caudal y buenas tablas para la práctica del "lance".


LUGARES DE PESCA

Nada más salir del pueblo, aguas abajo, nos encontramos con unos recodos estupendos para pescar y un poco más allá, a unos 150 metros el pozo de Pardavé, donde las aguas chocan contra la piedra y la profundidad se antoja honda, existe  un pozo donde las rocas vigilan. Son muchos los pescadores que prueban fortuna a la entrada y salida, con buenos resultados. El lugar es perfecto para pescar a mosquito ahogado y a mosca seca. Aquí es donde se comienza a notar la presencia de la trucha del Torío, mucho más clara que en otras zonas y con unas pintas rojizas fuertes y salteadas a lo largo de su cuerpo que la hacen de verdad muy hermosa. Su talla es más bien pequeña, pero con mucha fuerza. Si la trucha es un pez vigoroso, aquí se gana ese adjetivo por méritos propios.


Un poco más abajo del pozo de Pardavé, comienza una zona con muy buenas tablas y tiradas cortas. Se ve el fondo del río y se notan sus muchas piedras, lugar donde la trucha habita la pintona y tiene su gran defensa.

Las entradas para pescar no son cómodas, pero se consiguen, aunque el cuidado en el lance debe ser extremo, ya que si no los enredos y enganches pueden estar en el orden del día.


Más abajo, las aguas comienzan a remansarse y el curso cobra mayor anchura. Las orillas se elevan, quedando el río profundo. Llegamos a la zona de la cuadra, donde existe una presa que recoge el agua para el riego. Las aguas toman otro color más oscuro. El río apenas se mueve. Son buenas tablas para el lance a mosquito ahogado, mosca seca y para pescar al sereno en verano. Es una de las zonas favoritas de los pescadores, encontrándose superpoblada en ocasiones. La trucha, en esta tabla, tiene unas grandes defensas y abundante comida. Los ejemplares que se con siguen suelen ser de buenas medidas.


Después de la presa y su cascada, el Torío cobra nuevamente fuerza rumbo a Pedrún y Matueca, con aguas rápidas que se deslizan entre piedras abundantes en su seno. Con las curvas llegan también los pequeños remansos y el río sigue su curso encajonándose unas veces en la orilla derecha y otra en la izquierda, creando en muchas ocasiones profundos pozos.

Las orillas del Torío, en Pardavé, han sido y son “la escuela de pesca” de miles los aficionados que se han curtido y curten en la pesca. El Torío es un río generoso.


La mejor época para pescar, es desde abril a junio, ya que el Torío es cuando mejor caudal suele llevar. El río en el estiaje casi se seca y a no ser por los profundos pozos, la trucha no podría existir, pero ahí está temporada tras temporada, ofreciéndonos su encanto.

En este tramo es recomendable practicar el arte de la pesca a mosca seca y mosquito ahogado o pesca a la leonesa, aunque al comienzo de temporada se suele practicar el arte de pesca a ninfa y perdigón, con muy buenos resultados.


Pardavé
es uno de los muchos lugares de León con “excelencia” para disfrutar pescando en plena naturaleza tanto por parte de los humanos como de los “animales irracionales” como el CORMORÁN que por ésta y otras zonas leonesas está haciendo grandes daños.


¿Se podrá controlar algún día a ésta especie invasora?