Un coto de categoría
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Sobresaliendo, en el horizonte, se encuentra la iglesia de la localidad que da nombre al coto, con una torre esbelta y bella mandada construir por uno de los hijos del pueblo que hizo fortuna en el exilio, en tierras de Hispanoamérica.
Vegaquemada es un pueblo acogedor y variopinto. Tiene un buen trazado urbanístico, donde sobresalen las grandes mansiones y casonas, junto a las típicas casas de siempre.
Vegaquemada es visitada en la época estival, por multitud de veraneantes llegados de todas partes, pero especialmente de Asturias y Madrid.
Es de lo más típico encontrarse al morador de estos lares con el semblante bonachón, la boina calada y el cigarrillo en la boca, sin olvidarnos de la vara para arrear las reses, mientras la juventud, especialmente en verano, pasea en bicicleta en pantalones cortos o traje de baño. El moreno de la piscina, las camisetas de colores y la vestimenta de los turistas, contrasta con la indumentaria tosca de la montaña leonesa, dando aire de "ciudad" a un pueblo que en invierno parece otro distinto.
A las afueras de Vegaquemada, dirección La Ercina, atraviesa el río Porma otras tierras saludando con el frescor de sus aguas a los bañistas de la piscina Municipal y camping, ya que el antiguo campamento juvenil está cerrado.
El límite superior del coto, se encuentra en el puente de La Mata de la Riba. El límite inferior, está situado en el kilómetro 31 de la carretera de Puente Villarente a Boñar, en el salto de agua existente en la zona de Lugán.
La zona baja de este tramo, hace unos años, ofrecía grandes tabladas para pescar, ahora con la construcción de la presa de la traída de aguas a León, no se puede pescar. A poco más de un kilómetro de esta presa se encuentra el puente de Vegaquemada.
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Texto y fotos: Eduardo García Carmona.
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Una vez pasado Lugán y coronado un pequeño repecho con dirección a Boñar, la mirada del automovilista se gira a la derecha para ver el río Porma a su paso por Vegaquemada, y es que una vez sorteada la dificultad montañosa, llega una extensa planicie con hermosos prados, choperas y tierras de labor.
Sobresaliendo, en el horizonte, se encuentra la iglesia de la localidad que da nombre al coto, con una torre esbelta y bella mandada construir por uno de los hijos del pueblo que hizo fortuna en el exilio, en tierras de Hispanoamérica.
Vegaquemada es un pueblo acogedor y variopinto. Tiene un buen trazado urbanístico, donde sobresalen las grandes mansiones y casonas, junto a las típicas casas de siempre.
Vegaquemada es visitada en la época estival, por multitud de veraneantes llegados de todas partes, pero especialmente de Asturias y Madrid.
Es de lo más típico encontrarse al morador de estos lares con el semblante bonachón, la boina calada y el cigarrillo en la boca, sin olvidarnos de la vara para arrear las reses, mientras la juventud, especialmente en verano, pasea en bicicleta en pantalones cortos o traje de baño. El moreno de la piscina, las camisetas de colores y la vestimenta de los turistas, contrasta con la indumentaria tosca de la montaña leonesa, dando aire de "ciudad" a un pueblo que en invierno parece otro distinto.
A las afueras de Vegaquemada, dirección La Ercina, atraviesa el río Porma otras tierras saludando con el frescor de sus aguas a los bañistas de la piscina Municipal y camping, ya que el antiguo campamento juvenil está cerrado.
En Vegaquemada se dan cita buena parte de los pescadores que eligen este coto. Un coto de categoría. Otros, se acercan a Palazuelo de Boñar, al comienzo, a la altura del puente que va a La Mata.
Hace unos años, este coto, fue la revelación de la temporada truchera. Ahora se puede decir que es una gran realidad este tramo acotado.
Hace unos años, este coto, fue la revelación de la temporada truchera. Ahora se puede decir que es una gran realidad este tramo acotado.
El río Porma, controlado por pantano, no cabe duda que ayude mucho, a que tenga buena trucha en sus aguas. Por otra parte, al ser controlado, en la época estival, continúa bajando con buen nivel de caudal, que hace imposible el furtiveo, por lo que la recuperación truchera se nota cada temporada más.
LÍMITES Y MEJORES ZONAS DE PESCA
Es fácil elegir zona de pesca en este tramo acotado que tiene una longitud de 6,5 kilómetros. Es fácil, porque la mayoría es buena para pescar.
LÍMITES Y MEJORES ZONAS DE PESCA
Es fácil elegir zona de pesca en este tramo acotado que tiene una longitud de 6,5 kilómetros. Es fácil, porque la mayoría es buena para pescar.
El límite superior del coto, se encuentra en el puente de La Mata de la Riba. El límite inferior, está situado en el kilómetro 31 de la carretera de Puente Villarente a Boñar, en el salto de agua existente en la zona de Lugán.
La zona baja de este tramo, hace unos años, ofrecía grandes tabladas para pescar, ahora con la construcción de la presa de la traída de aguas a León, no se puede pescar. A poco más de un kilómetro de esta presa se encuentra el puente de Vegaquemada.
Las buenas zonas de pesca se suceden hasta llegar a la tablona frente al Campamento, lugar más frecuentado de todo el coto, tanto por aficionados como por visitantes y veraneantes, que se agrupan en la amplia pradera existente. Esta gran tablada tiene buena trucha, aunque es más difícil de sacar, a causa de la gran "romería" de gentes que pasean por la orilla. Es una tabla excelente para pescar a cualquier arte, aunque nuestra recomendación es la mosca seca. Pasado el puente, las buenas zonas de pesca continúan.
Después, el pozo del "árbol", con mucha profundidad y trucha grande. Tanto la entrada como la salida, es muy buena. En esta zona, es bueno consultar las Normas de Pesca, ya que hoy es tramo vedado, y mañana puede cambiar. Más arriba, nos encontramos con buenas tablonas para pescar, con aguas “vivas" y donde gran parte de los aficionados consiguen parte de las mejores capturas.
Llegados al coto, el pescador ya tiene una buena sombra para cobijarse y refrescarse en una fuente que va a caer al río después de hacer reguero bajo la chopera. Unos metros más arriba, el Porma se rompe en dos brazos. Por el lado derecho, y ya próximos a Palazuelo de Boñar, el Porma recibe las aguas del arroyo de La Losilla y San Adrián. A continuación, la gran tablona del tramo acotado, "la tabla del guarda".
Llegados al coto, el pescador ya tiene una buena sombra para cobijarse y refrescarse en una fuente que va a caer al río después de hacer reguero bajo la chopera. Unos metros más arriba, el Porma se rompe en dos brazos. Por el lado derecho, y ya próximos a Palazuelo de Boñar, el Porma recibe las aguas del arroyo de La Losilla y San Adrián. A continuación, la gran tablona del tramo acotado, "la tabla del guarda".
Es famosa esta zona por la anchura que tiene el río y lo cómodo de pescar. Es buenísima para los especialistas de mosca seca, por la abundancia de "ocas". Los pasillos, entre estas, son buenísimos para posar la mosca con efectividad. Al atardecer y al sereno, esta tablona es de lo mejorcito del coto, sobre todo la orilla de la derecha que se encuentra repleta de maleza e imposible de pasar, que sólo se puede pescar aguas arriba metidos por la misma orilla con el vadeador. Ojo, con las zonas fangosas y de arenas.
Pasado Palazuelo el río se vuelve a romper en dos brazos, y en ambos, se suceden los rincones, caídas y tablas para pescar cómodamente, en unos y con mucha dificultad, en otros. A las zonas despejadas suceden las cerradas con mucha vegetación. La zona más alta del coto, la del puente de La Mata de la Riba, es otra donde el Porma ofrece oportunidades múltiples al pescador, y donde la trucha tiene muy buenos cobijos.
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