Coto desconocido para la
mayoría de los pescadores…
En
pleno Camino de Santiago, truchas, cangrejos, paisaje, gastronomía…
Se
recomienda pescar a cucharilla, leonesa con dos o tres moscas y mosca seca,
aunque existen muchas dificultades para el lance
Las
orillas, salvo algunos tramos, suele estar repletas de arbustos y maleza
“Las
sorpresas” suelen ser piezas de buen tamaño
Texto:
Eduardo García Carmona
El
río Cea es uno de los más importantes reductos o paraíso natural para la trucha
común. Este río posee un acotado ignorado por muchos pescadores pero, sin lugar
a dudas, es uno de los más trucheros y
con mayores defensas naturales. Este tramo acotado es de los pocos que existen
en nuestra provincia, donde el hábitat arropa y cuida el subsistir de la trucha
dándole refugio casi inalcanzable para el humano, pese a la disminución
alarmante de caudal durante el verano. Es difícil, incómodo y a veces
impracticable para pescar, pero ahí radica su encanto. Es coto para
"pescadores" que sepan aprovecharlo y gozar en sus aguas.
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Son
muchos los tramos donde es casi imposible el acceso directo al río, incluso en
verano cuando las aguas son más bien escasas dependiendo del tramo. La
naturaleza es tan sabia que el curso del
río forma, cada pocos metros, grandes pozos donde casi no se puede entrar. Es
aquí donde “la reina de nuestros ríos” tiene uno de los últimos refugios de
nuestra provincia. Las aguas se encuentran franqueadas por maleza, arbustos,
todo tipo de vegetación y zarzas, cerrando el hueco del curso fluvial. Seguirá
siendo así mientras los humanos se olviden de meter máquinas para destrozar el
entorno de este paraíso, como ha ocurrido en otros de nuestra geografía
provincial.
Las
dificultades orográficas existentes hacen muy difícil el arte de la pesca a
caña. No es recomendado para principiantes y amigos de lo fácil. Existen zonas
abiertas donde se puede practicar la pesca con mayor comodidad.
Se
recomienda pescar a cucharilla, ojo de UN SOLO ANZUELO. A este arte se obtienen
buenas capturas, aunque hay que saber manejarla hábilmente para no dejarla en
las ramas de los árboles, arbustos y malezas, que tapan las orillas del río.
La
pesca a mosquito ahogado trabajándola bien, da buenos resultados y se hace muy
bella para el aficionado que tenga arte en el manejo de caña y el lance. Se
aconseja pescar con caña corta y pocos mosquitos en la cuerda, dos o tres al
máximo, donde no debe faltar una saltona común o una “Charli”.
En
verano se recomienda pescar con una saltona, un carne y un salmón, sin rastro y
siempre haciéndolo aguas arriba.
El
arte que mejores resultados da es la mosca seca, sobre todo si se sabe manejar
bien la cola de rata y no se “patea” el río. Por lo general las aguas bajan
verdosas y pocas veces claras y la trucha es fina y luchadora.
La
anchura del río no pasa de los cinco
metros en muchos casos, aunque en otros tramos, los menos, llega a diez metros.
Las
mejores zonas de pesca se encuentran en el comienzo, desde Carrizal a
Villamorisca. Desde Quintanilla de
Almanza al final del coto, también existen tablas con aguas rápidas y otras
donde se remansan. Hay buenas caídas, raseras y pozos. Aquí se puede pescar a
cualquiera de los artes permitidos, con garantía de éxito. Los "serenos"
suelen ser muy buenos donde las saltonas son claves.
La
zona con mayores complicaciones para el pescador, se encuentra entre
Villamorisca y Quintanilla de Almanza, donde el río se cierra totalmente,
encontrando el aficionado pocos lugares para el lance, al menos a mosquito
ahogado y mosca seca. Aquí el arte a practicar es la cucharilla. Llegando ya al
puente de Quintanilla, se encuentran tabladas donde realizar más cómoda la
tirada.
El
coto del Cea es una maravilla para el pescador que lo sepa pescar pero es a la
vez, uno de los menos visitados por los pescadores de León, salvo los de las
zonas próximas y de Guardo (Palencia) que disfrutan, por su proximidad, de
jornadas de auténtica belleza en contacto con la naturaleza y sienten los portentosos tirones de los buenos
ejemplares de trucha común que abundan en sus aguas.
Existen
buenos pasos para cruzar el río de forma natural y varios puentes en la Vega de
Almanza, Quintanilla, Villamorisca y Carrizal. A uno y otro lado del río hay
hermosas praderas y buenas tierras de cultivo.
Encontraremos
lugares para dejar el coche a la misma orilla del río y buenas sombras para
cobijarse de los rayos del sol.
Y
por medio, EL CANGREJO SEÑAL, que “haberlos, haylos” y de buen tamaño.
En
ésta época del año cuando más aprieta el calor es fácil encontrar entre las
piedras algunos cangrejos que, sin falta de retel, pueden acabar en la sacadera
o en la mano de los aficionados.
No
es difícil verlos en las zonas de ocas pero, tampoco, en zona más abierta junto
a las piedras, o sea que en pozas, no digo nada. La muestra la tienen en las
fotografías.
Ir
a pescar el coto del Cea es tener la oportunidad de disfrutar de la naturaleza
y la pesca en el más amplio sentido porque, además del Camino de Santiago y
todo el paisaje agreste de tierra de Campos, se convierte en belleza natural
junto con el paisanaje, la cultura monumental y artística, los museos, sin
olvidar la más exquisita cocina tradicional. Existen muy buenos/as
“fogoneros/as” en toda la zona y no se olviden de los “puerros de Sahagún y comarca”.
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Además
del tramo acotado, existen otras zonas de pesca interesantes porque hasta
Villaverde de Arcayos el interés por la pesca de la trucha persiste, aunque
poco a poco se van perdiendo zonas y el río comienza a estar más abierto,
atravesando la llanura. Desde aquí y hasta Villaselán y Santa María del Río, el Cea ofrece buenas
tablas para el lance, aunque la trucha comienza a escasear. Otras especies
comienzan a ser más importante en número que la “reina del río”. Barbos, bogas
y lucios compiten por el hábitat, también convive el cangrejo.
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Cuando
el río saluda el Castillo de Cea y se dirige hacia Villamol, aproximándose a
Sahagún, comienza a ganar en caudal, gracias a las aportaciones de los
sobrantes de riego. Esta zona, perdida prácticamente hace unos años para la
práctica de la pesca, ha vuelto a resurgir y son muchos los aficionados que han
vuelto a pescar gracias a las buenas capturas que se consiguen de lucios y
barbos, pero también algún otro buen ejemplar de trucha. Es la zona más amplia
y ancha de un río que ofrece un color amarronado a lo largo de todo el año.
Pasando
San Pedro de Dueñas y Galleguillos de Campos el río Cea se despide de la
provincia de León y casi se da la mano con otro río que baja en paralelo desde
la misma zona de la montaña leonesa: el río Valderaduey.