LIBROS PUBLICADOS POR Eduardo García Carmona...

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viernes, 18 de abril de 2008

COTO DEL DUERNA


EL COTO DEL DUERNA

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Texto, fotos y croquis: Eduardo Gª Carmona.
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Este coto se fundó en el año 1984 entre los términos municipales de Lucillo y Luyego. es un coto de pesca “sin muerte”. Se trata de un regalo para el pescador que se precie de serlo. ¡Una maravilla!.
El tramo acotado conocido como "Duerna", tiene una longitud de 6.200 metros. La anchura media de su cauce es aproximadamente de unos cinco metros. Su curso está repleto de piedras, con una leve babilla oscura que hacen que las mismas sean muy resbaladizas, pero el agua es cristalina. Se puede pescar los martes, jueves, sábados y festivos, debiendo devolverse a las aguas, los ejemplares por ser un coto sin muerte.
La población piscícola es abundante, con ejemplares autóctonos de belleza indescriptible. Cabeza grande, fuertes y puntiagudos dientes y poca longitud.
El tramo es complicado de pescar al tratarse de un río muy cerrado, con abundante vegetación. Las ramas de los árboles rozan el agua en su discurrir, por lo que es aconsejable pescar con cañas cortas. A pluma, o mosquito ahogado con boya, se deben utilizar cuerdas de tres mosquitos máximo, sin rastro. Por la transparencia de sus aguas y lo estrecho del cauce, es conveniente no moverse demasiado, o hacerlo con mucho sigilo para no asustar la pesca.

Los núcleos de población más próximos al acotado son: Molinaferrera, en la zona alta. Filiel, en la zona media. Antes, Chana, pero por la otra orilla. Después, Lucillo, aunque más alejado. Por último, en la zona baja, Boisán y Quintanilla de Somoza, una auténtica belleza de pueblo maragato, con hermosas casas de piedra y sus calles empedradas con reguero central de desagüe. Aunque las comparaciones siempre son odiosas, el conjunto arquitectónico de esta localidad es una auténtica joya que nada tiene que envidiar a Castrillo de los Polvazares.

ACCESOS

Los accesos no son fáciles, aunque se traten de carreteras de segunda categoría. Las principales vías de acceso son: la carretera local de Astorga a Lucillo. La carretera local de Astorga a Luyego. La carretera local de Luyego a Quintanilla de Somoza, Boisán, Filiel y Chana. Y la carretera local de Lucillo a Chana y Molinaferrera.
Existen puentes para cruzar el río. Varios arroyos vierten sus aguas al Duerna. Aguas abajo de Filiel, el arroyo de Valle Prado. Aguas abajo del puente de Boisán, el arroyo de Fontunica.
El límite inferior es el puente de Quintanilla de Somoza, si bien para el pescador finaliza 400 metros aguas abajo del puente de Boisán, a la altura del molino existente en esta localidad, comienza el tramo de vedado total hasta el Puente de Quintanilla de Somoza. El límite superior se encuentra en el Puente de Molinaferrera.

MEJORES ZONAS DE PESCA

Todo el tramo acotado es bueno para pescar, pero existen unas zonas mejores que otras.
Donde comienza el coto, bajo el puente de Molinaferrera, los pescadores de mosquito ahogado podrán disfrutar de lo lindo. Es muy difícil de pescar porque el río se encuentra muy cerrado por la vegetación, pero debido a ello, la trucha encuentra un gran refugio y se pueden conseguir buenas piezas, dentro del tamaño existente en la zona.

Aguas arriba del puente de Boisán se encuentra, a mi entender, el mejor tramo de pesca. Pese a que el río continúa cerrado por la vegetación, existen tramos donde se puede ensayar el lance con mayor comodidad. Existen aguas tranquilas, gracias a una pequeña presa, y aguas más vivas, con recodos para poder efectuar buenas tiradas. Los pescadores deben tener en cuenta que se trata de un río estrecho y con mucha maleza en las orillas donde pescar se complica. La trucha del Duerna presenta en su cuerpo manchas claras y pintas rojas muy fuertes. Las pequeñas dimensiones de la trucha son debidas a las cualidades del agua del río. Son aguas ácidas por lo que los ejemplares tardan más años en desarrollarse que por ejemplo los del Órbigo o Porma. Pese a ello, existen ejemplares dignos de admiración, aunque antes de conseguir uno de tamaño medio, el pescador deberá devolver al agua ocho o diez truchas pequeñas. Lo importante es disfrutar y en este caso, no cabe la menor duda, que el pescador deportivo disfrutará de lo lindo.

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