LIBROS PUBLICADOS POR Eduardo García Carmona...

LIBROS PUBLICADOS POR Eduardo García Carmona...
Adquiérelo en las más importantes librerías de España, o por internet, pinchando en la imagen o en tu App favorita

jueves, 5 de julio de 2012

La delicia es estar pescando en la Montaña de Riaño...


ACEBEDO, UN COTO CON POCO AGUA EN VERANO Y DEMASIADAS BOGAS 

Encontrar un buen día de pesca, en verano, es una aventura 

Lo mejor estar en el cielo de la Montaña de Riaño y el olor a hierba recién cortada

-----------------------------------------------------------------
Texto y fotos: Eduardo García Carmona
-----------------------------------------------------------------
         

Despedirse de Riaño es mirar y mirar su entorno.

Nuestra retina se llena de color y rocas, de belleza y valle, de aguas cristalinas y chopos incrustados en el azul del cielo.

Riaño, en verano, es un bullicio de gentes. Asturianos, madrileños, vascos y leoneses, se dan la mano en concordia y armonía durante estos días de asueto, haciendo que la localidad tome vida, mucha vida y colorido.

Las chavalas y chavales lucen sus cuerpos, ligeros de ropa, enseñando su piel morena gracias a los rayos del sol. Los cafés se ven repletos de gente en su interior y en las terrazas. Seguro que,  en muchas ocasiones, el tema de conversación es... "Riaño", ese Riaño de ayer que, cada día que pasa se nos pierde más en la profundidad de la mente. Ese Riaño emblemático con sus gentes aguerridas a las piedras de las viviendas que les vieron nacer. Ese Riaño que quería seguir siéndolo. Riaño y su despertar en un mar de sombras, con la niebla cubriendo el valle, cual espejismo hiciese que nuestra retina estuviese viéndolo en la profundidad de las aguas. Ese Riaño del recuerdo queda atrás, camino del acotado de Acebedo. 

Foto histórica: Mila, Vicente, Carmona y Begoña.
SOÑANDO Y RECORDANDO 

          Sumido en el profundo “sueño” de los recuerdos, en la carretera veo el viejo Parador Nacional de Turismo, allí en lo alto, derrotado por el tiempo y abandono, ya sin piedra ni techumbre.

          Después La Puerta y Burón, otras dos localidades anegadas, en su totalidad o parte, por las aguas de sus propios ríos y arroyuelos.

Carmona pescando Acebedo en 1986.
          Es curioso, únicos testigos de nuestro pasar son las vacas de esa raza de montaña, tan características de León, que deambulan de un lado a otro de la carretera.

          Después, una desviación debida a las obras de la carretera del pantano y un viaducto alto, muy alto, con vigas enormes de cemento armado, que esperan a ser aupadas, para que un día sirvan de puente, sobre las aguas del Esla.  

¡Adiós al sueño del recuerdo!

Asomándose al río se encuentra nuestro lugar de destino: Lario.

A la entrada, el desvío hacia Polvoredo, donde no hace muchas fechas estuvieron celebrando sus fiestas, así al menos reza en algunos carteles. Es verano.

Desde Lario, a la izquierda, hacia el puente sobre el Esla, dejando a la derecha  la iglesia, árboles y más árboles, prados verdes y el inconfundible y delicioso olor a hierba recién segada.

Desde el puente, aguas arriba, observo el poco caudal del  río Esla. Habrá que probar fortuna con los "lances" de nuestra caña e intentar engañar a las pintonas con nuestros mosquitos.                       

EL COTO 

El agua es totalmente transparente. Las piedras del fondo se ven sucias, fruto de la porquería vertida al río. En el tramo del puente de Lario, la anchura de las aguas llega a los cuatro metros.

El estiaje  hace de las suyas y el río prácticamente baja seco. Las truchas cuando alguien se acerca a la orilla, salen despavoridas, refugiándose en las salgueras y bajo las piedras. Pescar en estas condiciones resulta difícil, muy difícil. Con el escaso caudal, hay que optar por pescar a pluma, con caña de dos metros y  sólo tres mosquitos, aunque lo que llevo es la cola de rata y a eso he de pescar, mi compañero, Pedro Cabo, decide pescar puente arriba. O bajaré unos metros para subir pescando hacia el puente de Lario.

Mala señal, me encuentro con un pescador madrileño que va de regreso al coche. Ha dejado de pescar, y por lo que me ha contando, cansado de las bogas. Truchas, ni una.  

Los primeros "lances" se efectúan con comodidad, aunque con nula efectividad. La trucha no sube al señuelo. Hay que pescar lento, con mucho sigilo y tiento, sin meter ruido para no alarmar a las truchas. Hay que pescar las "corrientillas", las entradas y salidas de los pozos. Las pintonas comienzan a entrar al engaño: un tricóptero de cuerpo negro y tejadillo flor de escoba. No puede ser que sean truchas, porque he fallado ya cuatro subidas. Me cabreo conmigo mismo. Quizás sea el ansia de pescar que tengo ya que en Canarias sólo pesco Black Bass y la verdad es que me estoy divirtiendo.
Por si caso, cambio el trico y pongo la “miguelina”. Son bogas. Una, dos, tres…desesperado, cambió a una caída que está por encima. Levanto un par de pintonas, pero pequeñas.

Estoy próximo al puente de Lario y ante lo que me está ocurriendo, decido subir hasta la altura de Pedro. Le comento que me voy a subir  hasta aproximarme a la localidad de Acevedo y pescar las últimas tablas antes del puente. Así le dejo terreno y río para su disfrute, aunque estaba como yo.



TENTANDO A LAS PINTONAS CERCA DE ACEBEDO



Tras las primeras curvas del río llega el más difícil todavía hasta llegar a Acebedo donde, junto al puente, está el refugio del pescador. Aquí el agua disminuye alarmantemente pareciendo, por momentos, que el Esla se va a quedar sin ella. Hay que saber pescar muy fino con la caña. Los árboles, salgueras y matorrales caen sobre las aguas como si tapar el curso quisiera. Las tiradas son mínimas. Al final, de medida, sólo dos truchas y a dejar de pescar. 

El "calcalá, calcalá..." suena en todas las direcciones. La perdiz se está emparejando y pronto sacará sus crías. 

El olor a hierba recién cortada, se apodera del aire que se respira. Los prados aparecen segados, en su mayoría, pero la hierba no es buena y tampoco abundante. Quizás las últimas heladas del año hicieron que la misma se quemase, estando el campesino muy preocupado por la comida de invierno para su ganado.         

Con los prados ya pelados, abundan los grillos, las cigarras y saltamontes, que alegran con sus saltos y cánticos el discurrir del este “joven”  Esla. Algunos de estos insectos serán presas fáciles de las golosas truchas.         

Los lugareños recomiendan pescar a grillo o saltamontes, pero en este acotado no se puede... ¡qué pena!... aunque sinceramente, sería igual de difícil. Pescar en Acebedo, en verano, es complicado de verdad. Se recomienda hacerlo, como muy tarde, a primeros del mes de Junio.           

ZONAS DE PESCA, LÍMITES Y ACCESOS 

Los mejores lugares para la práctica de la pesca son: aguas abajo del Puente de Acebedo, en la zona de baños y las dos primeras curvas, después del puente de Lario.

Con más agua este coto ofrece múltiples tiradas desde el comienzo, hasta el final, donde el río se remansa al llegar cerca de la cola del pantano.

La mosca seca da muy buenos ejemplares si las señoras “bogas” dejan. 

En verano los serenos pueden ser extraordinarios pero pescarlos significa que estás próximo durmiendo en una Casa Rural, Hotel o eres de la zona, porque si eres de León capital, la distancia te invita a volver a casa sin esperar a saber lo que te puede deparar el sereno, si es que lo hay. A mí me ha ocurrido en más de una ocasión y lo que se adelanta es llegar muy tarde a casa. 

Los límites de este tramo acotado son:

Inferior, en la presa “Pozo la Hoz” aguas arriba de Burón.

Superior, el puente viejo de Acebedo.           

Los accesos al coto, desde León, son buenos. Hay que coger la carretera León a Valladolid, hasta Mansilla de Las Mulas y desde aquí dirección Cistierna, para coger la carretera hacia Riaño y al Puerto de Tarna.

martes, 10 de abril de 2012

Recreo, paisaje, pesca...en el mar del Porma

EMBALSE DEL PORMA O PANTANO DE VEGAMIÁN 

Un tramo libre sin muerte para satisfacción de muchos y detrimento de otros

Truchas de gran tamaño, salmones plateados, salvelinos...

--------------------------------------------------------------
Texto y fotos: Eduardo García Carmona
-------------------------------------------------------------- 

Se trata de la zona más amplia de pesca sin muerte de la provincia de León pero, no por ello, la más apreciada por los aficionados, de ahí que se haya convertido en el tramo de menos presión piscatoria de León.

Antes de que la Administración declarase la zona como TLSM, eran muchos los aficionados que se acercaban a pescar peces a este embalse. Ahora, sólo en embarcación y muy pocos desde orilla practican el arte de la pesca en este embalse, pese a la gran cantidad de peces que lo pueblan.

En el embalse de Vegamián nos podemos encontrar truchas enormes, de hasta 5 kilos; salmones plateados de más de uno y dos kilos; salvelinos, carpas, escallos y otras variedades de peces. Sobre los salvelinos y los salmones plateados, científicamente nadie ha aportado una prueba fehaciente, aunque haberlos "haiyos". Otra cosa es poder pescarlos.

LA ADMINISTRACIÓN OPINA

Puestos en contacto con los responsables de pesca en León, nos han apuntado:

"Si es asi como dices de esto hace unos años, la informacion en el día de hoy, puede llevar a motivar interpretaciones de que hay ejemplares de salvelino pescables, lo cual no esta confirmado ni hay citas de ello. 
El hecho de que un irresponsable pudiese haber cometido una infracción muy grave,  de acuerdo con la Ley de Pesca de Castilla y León, cometiendo delito de acuerdo con el codigo penal, introduciendo alguno de estos peces, el artículo 333 de dicha ley dice:

"El que introdujera o liberara especies de flora o fauna no autóctona, de modo que perjudique el equilibrio biológico, contraviniendo las Leyes o disposiciones de carácter general protectoras de las especies de flora o fauna, será castigado con la pena de prisión de cuatro meses a dos años o multa de ocho a veinticuatro meses y, en todo caso, inhabilitación especial para profesión u oficio por tiempo de uno a tres años".

SALMONES PLATEADOS, SALVELINOS Y CARPAS 

El atractivo principal de este embalse ha sido, en los últimos 15 años, el salmón plateado. Nadie daba crédito a que allí se pudiesen criar y lo que parecía era algo extraño se ha convertido en una auténtica realidad y, encima, se reproducen como si estuviesen en el mar, tras un ciclo de adaptación que les lleva, desde el “mar de agua dulce”, hasta remontar el río Silván, afluente del Porma a la altura de Puebla de Lillo. Según algunos entendidos, tiene explicación científica y natural. Los pescadores creemos que se trata de algo inaudito, aunque  sabedores de que las especies evolucionan, según su hábitat. 
Como apuntábamos más arriba, científicamente no existe explicación e incluso han llegado a desmentir el hallazgo de algunos ejemplares de salmón plateado, apuntando que se trataba de truchas. Otras fuentes apuntan a un escape de ejemplares de una piscifactoría cercana, hace más de 20 años. Ni un caso ni otro están probados, pero los peces se han pescado, personalmente los he visto y tocado, lo que no quiere decir que se están pescando en la actualidad.

El caso, es que desde que aparecieron los primeros salmones plateados, saliendo el hallazgo en la prensa, los pescadores se fueron tras él. Así fue como aparecieron, también, los primeros salvelinos. Ahora, se pretende poner coto al hallazgo, creando el Tramo Libre Sin Muerte, aunque legislando poco y mal, como ocurre en el propio coto de Vegamián. Se puede pescar el salmón plateado pero, si te pillan con uno, te puede costar caro. Claro que siempre lo puedes devolver al agua, pero puede resultar más lesivo para el bolsillo del pescador, porque estaría introduciendo una especie foránea. ¡No hay quien lo entienda!
¿Qué hacer si no se puede pescar con muerte, ni devolverlo a las aguas? Cosas de la Administración.
Dicho sea de paso, aunque desde orilla existen muy buenas zonas para pescar, con playas hermosas, es desde embarcación donde más se está pescando, en todos los sentidos, aunque embarcadero no existe. 

ZONAS DE PESCA Y ACCESOS 

La mejor zona para bajar la barca se encuentra en la localidad de Rucayo, después de pasar Valdehuesa, por la margen izquierda del pantano, dirección Boñar-Puebla de Lillo. Utilizando embarcación y llegando hasta la isla del jabalí, así se la conoce porque existen muchos de estos animales en el bosque alto de la isla, se puede pescar desde orilla, en cualquiera de las buenas playas existentes.
Tanto desde embarcación como desde orilla, la cucharilla, de un sólo anzuelo y el estreamer, son las artes recomendadas, si se quiere pescar trucha, savelino o salmón. Si por el contrario se pretenden pescar carpas, poco o nada se puede hacer con mosca artificial, a no ser se utilice las moscas del pan. También se podría utilizar la ciucharilla de un sólo anzuelo sin muerte, pero lo mejor sería pescar con otro tipo de cebos, aunque con anzuelo sin muerte, en todo caso, algo que no está permitido. Curioso ¿no?

Así están las aguas del embalse de Vegamián, con auténticos, “rebaños” de carpas navegando por sus aguas menos profundas, junto a las orillas. Son carpas de más de 4 y 5 kilos y no está permitido pescarlas, como no sea a mosca, utilizando la mosca del pan,  o cucharilla.

Por el otro lado del pantano, junto a la carretera LE-331, existen buenos pesqueros para practicar desde la orilla. El mejor se encuentra junto a un caserío, antes de llegar al puente que nos conduce a Pallide, por un lado y Orones, por el otro.

Para llegar a pescar a este embalse, desde la capital leonesa, hay que coger la carretera de Santander, N-621, hasta Barrio de Nuestra Señora. Desde aquí, por la CL-624, hasta Boñar. Aquí hay que coger la LE-331, dirección a Puebla de Lillo y San Isidro. Distancia aproximada, 70 kilómetros.