LIBROS PUBLICADOS POR Eduardo García Carmona...

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viernes, 19 de diciembre de 2008

El Casares para pescar en tierras de Gordón...






EL RÍO CASARES














Un auténtico criadero de truchas, que será un seguro de caudal para el río Bernesga.




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Texto y fotos: Eduardo García Carmona
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Fue el primer río de León que conocí en mi infancia. Desde entonces siempre ha circulado el mismo recuerdo en mi mente. ¡Qué fascinante y maravilloso corre el río Casares hacia el Bernesga, y qué cantidad de truchas guarda entre sus piedras!.
Eran tiempos de vacaciones infantiles al pie de la montaña, después de un curso ajetreado, en compañía de amigos, que hacían encantadores aquellos días de verano.
En las aguas del río Casares, o el río de Beberino, como le conocía por entonces, curiosamente pesqué mi primera trucha. En este río aprendí a nadar, a lavar los platos, a asearme en plena naturaleza. En este río y, en el paisaje maravilloso que le rodea, comencé a amar la naturaleza. El Casares era nuestra "fuente" diaria para múltiples usos y es el afluente de mayor aportación al Bernesga. En un futuro muy próximo con la ampliación de la presa de Casares, o recrecimiento del muro, será el seguro de agua para el curso bajo del Bernesga, desde La Robla, pasando por la capital leonesa y hasta su desembocadura en el Esla.
El Casares es un río corto en recorrido, pero largo en calidad de aguas y truchas. Nace en las montañas hermosas del puerto de Aralla, en la ladera contigua al embalse de Luna. Son montañas gigantes, de roca grisácea, donde las nubes alegres y juguetonas unas veces, y otras serias y malhumoradas, se posan para recreo y placer, o descargar toda su fuerza con ímpetu y coraje, regando todo el entorno. De esas aguas y nieves, surge el curso cantarín de un riachuelo que gana su mayoría de edad cuando va saliendo de las rocas. Lo hace entre muchos vericuetos, hoces, saltos y pedregales. Las aguas discurren con fuerza chocando con las laderas de la montaña formando una sinfonía agradable al oído. Son tan puras y cristalinas que sirven, incluso, para beber. Según va ganando metros de vida, el viajero se encuentra un verdadero “arco iris” en la tonalidad de las aguas del Casares. Unas veces son verdosas, otras azules u ocres, dependiendo del terreno que salpica y la profundidad de su curso. Todavía es muy estrecho para pensar en pescar, además no pero se puede por estar prohibido. Después llega a la presa donde deposita sus aguas que sirven para saciar la sed de muchas gentes del lugar y otras de más lejos. En las aguas que vierten a la presa de Casares no se puede pescar por encontrarse totalmente protegidas por las normas de pesca, al estar declaradas como vedado total de pesca. En esta presa, la cantidad de truchas es sensacional, sirviendo como piscifactoría natural al resto del río y arroyos que allí confluyen. Abundan los buenos ejemplares.

ZONAS DE PESCA

Dejando la presa de Casares, este río comienza a profundizar su recorrido entre las rocas. Los remansos y tabladas, prácticamente ni existen. El río discurre muy vivo y tiene mucha caída. Aunque se pudiese pescar, algo que no ocurre por estar prohibida la pesca desde el muro del embalse hasta la localidad de Geras, el arte para poder pescar en sus aguas sería, sin lugar a dudas, la cucharilla o el cebo natural. Existen hermosos pozos profundos que se forman entre las rocas. Al ser tan estrecho, siempre habría que pescar aguas arriba, y más por la pureza de sus aguas que son totalmente transparentes, que por otra cosa, ya que "la pintona" verá a cualquiera que se acerque a la orilla.
La mejor zona del río comienza un par de kilómetros antes de llegar a Geras de Gordón (ahora vedado) ¡qué bonito es este pueblo de la montaña! Las casas están situadas entre la carretera y el río. Algunas incluso se balancean sobre sus aguas. Están construidas con rocas de la montaña, formando auténticas fortalezas inexpugnables. En el montículo más alto del pequeño valle, presidiendo el pueblo, la Iglesia Parroquial, reconstruida en las zonas más afectadas por el abandono de años y el deterioro normal de las inclemencias del tiempo, principalmente. ¡Tan, tan, tan! El sonido del bronce de las campanas se hace posible al tirar de una cadena que llega a pie de tierra... ¡Qué recuerdos! Por las escaleras exteriores hasta lo alto del campanario, se encuentra uno un mirador sensacional para admirar la belleza natural del pequeño valle.
Las montañas más altas conservan la nieve durante meses. Los hermosos prados presentan su encantador verdor con olor a fresco. Las tierras labradas comienzan a enseñar sus frutos. Los árboles están recubiertos de un manto blanco, que en la lejanía parecen estar nevados. Son las hermosas flores de la primavera, que al final del verano darán sabrosas manzanas, peras, sabrosas guindas silvestres o las buenas cerezas de León. El paisaje es encantador... ideal. Geras de Gordón, es un lugar único para el descanso en plena naturaleza. Es para gozar relajándose y olvidando la rutina de la ciudad, el trabajo, los ruidos... Aquí, por lo contrario, el amante de la pesca se encuentra, nunca mejor dicho, como pez en el agua.
El río Casares antes de llegar a Geras, ofrece un sin fin de cualidades para el pescador, todas de incalculable valor. Ocurre que la Administración lo ha vedado hasta allí. Unos trescientos o cuatrocientos metros antes del pueblo, nos encontraremos el viejo molino. Por encima, el Casares ofrece unas buenas caídas, donde antes se pescaba muy bien a cucharilla. Cuando las aguas chocan contra la pared de roca de la casa del molinero, se forma una muy buena tablada que era apta para pescar a pluma. No era conveniente meterle a la cuerda muchos mosquitos. Con tres, ya estaba bien. Y es que la anchura no sobrepasa los cinco o seis metros. El agua, aunque todavía viva, se remansa al ganar metros debido a la pequeña presa construida por las gentes del lugar. Aquí hay muy buenas truchas. Parece mentira que un río de montaña tan estrecho y castigado en verano, pueda tener trucha de tan buena calidad como hemos podido comprobar en jornadas de pesca, durante muchos años, anteriores a la veda en la zona.
Si esta tablada es buena, metros más abajo se forma otra un poco más ancha, al llegar las aguas al puerto que existe por encima de Geras. Todo ello es muy bueno para pescar a pluma, o a cucharilla, pero sin pisar demasiado la orilla. Más adelante el Casares se mete en el pueblo formando una buena caída, con aguas bravas e impescables hasta llegar al primer puente. De aquí aguas abajo, otra buena tabla para pescar casi desde el porche de una de las casas que hay allí mismo, o desde la misma carretera que cruza el pueblo. Toda esta zona está ahora acondicionada y forma una piscina con aguas remansadas, donde los pescadores y los que no lo son, se pueden quedar atónitos viendo ejemplares que rondan el kilo de peso. Se trata de una piscifactoría natural inmejorable.
Unos 50 metros más abajo del puente de Geras, otros tramos buenos para pescar, ya sin prohibición.


HACIA CABORNERA Y BEBERINO

Dejada la población de Geras, el río Casares continúa ganando caudal con los muchos arroyos que depositan sus aguas en éste, por uno y otro lado. La maleza, arbustos y arboledas acompañan al río en su discurrir hacia Cabornera. La vegetación poco a poco se va perdiendo, al adentrarnos en zona rocosa. La carretera dibuja sus "eses" entre la montaña, acompañando al río que choca una y otra vez con las paredes rocosas. Aquí hay buenos pozos para pescar a cebo. Saliendo de este entramado de curvas, se abre el horizonte. Las praderas y las huertas repletas de hortalizas y con muchos árboles frutales alrededor, son regadas por las aguas del Casares. Llegamos a Cabornera, otro bonito pueblo que da vida a la zona en verano, principalmente, con la llegada de gentes de otros lugares. Aquí se ensancha el valle alejándose la montaña a un lado y a otro. El río se cierra por el ramaje de los arbustos y árboles, haciéndolo casi impracticable. Eso parece, pero es a partir de aquí donde el Casares se hace adulto del todo. El cauce ya se ha ensanchado y las piedras del fondo se ven casi limpias. Hay, en esta zona de Cabornera, excelentes tablas para poder pescar. A efectos de lance, aunque dificultoso, se puede decir que no hay desperdicio. Todas las tiradas son buenas, y parece mentira la cantidad de trucha que tiene este río.
Antes de llegar al Campamento, el río atraviesa hermosas praderas. Ya no baja con tanta rapidez. Las tablas son más remansadas y cada vez mejores para la pesca. La tabla antes del puente del Campamento, da cada temporada muy buenas capturas. Después del puente, el río se mantiene en una balsa medio artificial y natural, ya que se ha aprovechado para piscina en época estival, para continuar, su caminar hacía el Bernesga cruzando parajes encantadores. En esta zona se aproxima al río la montaña, y en la falda, lindando con el propio río los avellanos se alinean, acariciando con su verdor las aguas. Es buena zona de avellanos y cerezos. Al fondo ya se divisa Beberino. Antes, el Casares recibe un aporte importante de caudal por la margen izquierda. Es el río que baja las aguas desde Folledo y Buiza, rico también en buenas truchas, y que tiene su mejor zona de pesca en la tabla de la ermita. A partir de aquí, no sólo gana el Casares en caudal, sino también en anchura y buenas zonas de pesca. Quizás este tramo hasta llegar a Beberino es de lo más visitado por los pescadores, por lo que también es el más castigado, sin duda.
Aparte del recreo natural con gran belleza y paisaje, el pescador se encuentra en Geras y Cabornera con muy buenos establecimientos, donde entretener el estómago.
Son famosos en la zona los riquísimos embutidos: chorizos curados al aire de la montaña, el salchichón de pueblo, lomo, cecina y el jamón.

jueves, 11 de septiembre de 2008

COTO DEL SIL














Donde el Burbia y Cúa le dan “mayoría de edad”

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Texto y fotos: Eduardo García Carmona
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Antes de dejar El Bierzo y adentrarse en la provincia de Orense, el río Sil recibe las aguas del Burbia y Cúa por su margen derecha, próximo a Villadecanes, cobrando una “mayoría de edad” que ya nunca dejará hasta su confluencia con el Miño.
El Sil de la zona baja, poco o nada se parece al de la zona alta. ¿ Qué tiene que ver el Sil del puente de Las Palomas, o el que atraviesa la zona de Toreno, con el de la zona baja? Nada. Es curioso. Son ríos distintos, diametralmente opuestos.
En la zona baja este río, aparte de su gran caudal, recibe toda la contaminación de las zonas mineras y los vertidos humanos de poblaciones limítrofes, como Ponferrada. En las zonas de montaña, el Sil es un río limpio, transparente, juguetón, vivo...


EL COTO Y ACCESOS

En esta zona el Sil discurre abierto, por zona de ricas huertas, atravesando una fértil vega. Todo lo contrario que en la montaña que baja encajonado. La abundancia de choperas en las orillas le da un aire parecido al bajo Esla. Abundan los matorrales y maleza en las márgenes, que dificultan la entrada de los pescadores, aunque los senderos y caminos están bien marcados y no existe pérdida.
Existe trucha en abundancia y de buenos tamaños. También bogas y escallos.
La anchura media del cauce se aproxima a los 50 metros en algunas zonas. Al tratarse de un río ancho, la trucha encuentra amplio refugio entre su vegetación acuícola.
El límite superior del coto se encuentra en la confluencia del río Cúa con el Sil, próximo a la localidad de Peón de Abajo. El límite inferior se encuentra en el puente del ferrocarril del pueblo de Requejo(Puente de Momao). Tiene una extensión aproximada de 4 kilómetros. Los fondos son de roca, grava y zonas con tierra y fango.
Para llegar a pescar a este coto, desde León capital, hay que ir hasta Astorga y desde aquí por la A-6 hasta la salida de la N-120 que nos llevará hasta Requejo. También se puede ir hasta Toral de Los Vados y, tras cruzar el pueblo llegar hasta el campo de fútbol y continuar por el camino de tierra que discurre al lado del río, atravesando unas choperas, antes de llegar la zona de la isla. Por esta orilla se pesca muy bien las hermosas tablas que se forman por encima de la isla.
La distancia, aproximada desde la capital, es de unos 130 kilómetros.


MEJORES ZONAS DE PESCA

Al tratarse de un río con abundante vegetación acuícola y de orilla, las truchas se refugian entre las ocas del agua y las sombras de las orillas, especialmente en verano, no así en el inicio de la temporada que se apoderan de las caídas, corrientes, así como entradas y salidas de los pozos para procurarse el alimento.
El tramo que va desde el inicio del tramo acotado hasta la isla que se forma al bifurcarse el río, próximo a la ermita de Santa Bárbara, con la N-120 y la vía de ferrocarril presente, por la orilla derecha, posee unas tablas hermosas, con abundantes zonas profundas, especialmente en la orilla del ferrocarril, que tienen muchas y buenas truchas. En esta zona, pescar a mosca seca es una delicia. El mosquito ahogado da también buenos resultados.
Los brazos de río que se forman al bordear la isla hacen que la pesca sea totalmente diferente en esta zona, especialmente, cuando Sil baja con abundante caudal pues, al dividirse el mismo, se pueden practicar artes, como la mosca seca en invierno, que a curso ancho y caudal alto se hace complicado.
Otra zona buena de pesca se encuentra unos 300 meros por encima de la curvona que forma el Sil, antes de llegar a Valina. La tabla por encima de la curva es muy buena y la caída que se forma en el recodo, hasta llegar al puente de esta localidad, otro lugar preferente de pesca del coto.
Por último, el tramo final, antes de llegar al puente de Momao, donde vierte sus aguas el río Selmo, que baja desde Cabeza de Campo hacia Sobrado, es otra de las zonas favoritas de pesca, por la orilla izquierda, dirección Norte-Sur, ya que la orilla contraria, junto a la carretera y la vía del tren es, prácticamente, inaccesible. Aquí la mosca seca en superficie y orillada, donde existe abundante vegetación acuícola, da muy buenos resultados. La ninfa depara sorpresas muy gratas.
Aquí, pescar a mosquito ahogado, o pesca a la leonesa, también, es muy conveniente, pues el agua baja muy vivo por la zona central del curso, además, es la mejor manera de pescar la orilla contraria, de difícil acceso.

jueves, 4 de septiembre de 2008

VEGAQUEMADA...






Un coto de categoría

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Texto y fotos: Eduardo García Carmona.
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Una vez pasado Lugán y coronado un pequeño repecho con dirección a Boñar, la mirada del automovilista se gira a la derecha para ver el río Porma a su paso por Vegaquemada, y es que una vez sorteada la dificultad montañosa, llega una extensa planicie con hermosos prados, choperas y tierras de labor.

Sobresaliendo, en el horizonte, se encuentra la iglesia de la localidad que da nombre al coto, con una torre esbelta y bella mandada construir por uno de los hijos del pueblo que hizo fortuna en el exilio, en tierras de Hispanoamérica.



Vegaquemada es un pueblo acogedor y variopinto. Tiene un buen trazado urbanístico, donde sobresalen las grandes mansiones y casonas, junto a las típicas casas de siempre.
Vegaquemada es visitada en la época estival, por multitud de veraneantes llegados de todas partes, pero especialmente de Asturias y Madrid.
Es de lo más típico encontrarse al morador de estos lares con el semblante bonachón, la boina calada y el cigarrillo en la boca, sin olvidarnos de la vara para arrear las reses, mientras la juventud, especialmente en verano, pasea en bicicleta en pantalones cortos o traje de baño. El moreno de la piscina, las camisetas de colores y la vestimenta de los turistas, contrasta con la indumentaria tosca de la montaña leonesa, dando aire de "ciudad" a un pueblo que en invierno parece otro distinto.



A las afueras de Vegaquemada, dirección La Ercina, atraviesa el río Porma otras tierras saludando con el frescor de sus aguas a los bañistas de la piscina Municipal y camping, ya que el antiguo campamento juvenil está cerrado.


En Vegaquemada se dan cita buena parte de los pescadores que eligen este coto. Un coto de categoría. Otros, se acercan a Palazuelo de Boñar, al comienzo, a la altura del puente que va a La Mata.
Hace unos años, este coto, fue la revelación de la temporada truchera. Ahora se puede decir que es una gran realidad este tramo acotado.

El río Porma, controlado por pantano, no cabe duda que ayude mucho, a que tenga buena trucha en sus aguas. Por otra parte, al ser controlado, en la época estival, continúa bajando con buen nivel de caudal, que hace imposible el furtiveo, por lo que la recuperación truchera se nota cada temporada más.

LÍMITES Y MEJORES ZONAS DE PESCA

Es fácil elegir zona de pesca en este tramo acotado que tiene una longitud de 6,5 kilómetros. Es fácil, porque la mayoría es buena para pescar.



El límite superior del coto, se encuentra en el puente de La Mata de la Riba. El límite inferior, está situado en el kilómetro 31 de la carretera de Puente Villarente a Boñar, en el salto de agua existente en la zona de Lugán.
La zona baja de este tramo, hace unos años, ofrecía grandes tabladas para pescar, ahora con la construcción de la presa de la traída de aguas a León, no se puede pescar. A poco más de un kilómetro de esta presa se encuentra el puente de Vegaquemada.
Las buenas zonas de pesca se suceden hasta llegar a la tablona frente al Campamento, lugar más frecuentado de todo el coto, tanto por aficionados como por visitantes y veraneantes, que se agrupan en la amplia pradera existente. Esta gran tablada tiene buena trucha, aunque es más difícil de sacar, a causa de la gran "romería" de gentes que pasean por la orilla. Es una tabla excelente para pescar a cualquier arte, aunque nuestra recomendación es la mosca seca. Pasado el puente, las buenas zonas de pesca continúan.

Después, el pozo del "árbol", con mucha profundidad y trucha grande. Tanto la entrada como la salida, es muy buena. En esta zona, es bueno consultar las Normas de Pesca, ya que hoy es tramo vedado, y mañana puede cambiar. Más arriba, nos encontramos con buenas tablonas para pescar, con aguas “vivas" y donde gran parte de los aficionados consiguen parte de las mejores capturas.
Llegados al coto, el pescador ya tiene una buena sombra para cobijarse y refrescarse en una fuente que va a caer al río después de hacer reguero bajo la chopera. Unos metros más arriba, el Porma se rompe en dos brazos. Por el lado derecho, y ya próximos a Palazuelo de Boñar, el Porma recibe las aguas del arroyo de La Losilla y San Adrián. A continuación, la gran tablona del tramo acotado, "la tabla del guarda".


Es famosa esta zona por la anchura que tiene el río y lo cómodo de pescar. Es buenísima para los especialistas de mosca seca, por la abundancia de "ocas". Los pasillos, entre estas, son buenísimos para posar la mosca con efectividad. Al atardecer y al sereno, esta tablona es de lo mejorcito del coto, sobre todo la orilla de la derecha que se encuentra repleta de maleza e imposible de pasar, que sólo se puede pescar aguas arriba metidos por la misma orilla con el vadeador. Ojo, con las zonas fangosas y de arenas.

Pasado Palazuelo el río se vuelve a romper en dos brazos, y en ambos, se suceden los rincones, caídas y tablas para pescar cómodamente, en unos y con mucha dificultad, en otros. A las zonas despejadas suceden las cerradas con mucha vegetación. La zona más alta del coto, la del puente de La Mata de la Riba, es otra donde el Porma ofrece oportunidades múltiples al pescador, y donde la trucha tiene muy buenos cobijos.




Los ejemplares capturados aquí son de muy buena calidad y peso. Es increíble la cantidad de oportunidades que ofrece este coto de Vegaquemada al pescador. Prácticamente los 6,5 kilómetros son aprovechables para el lance.
La anchura media del cauce es de unos 30 metros.

Rioseco...






Tiempos pasados fueron mejores, pero ha vuelto a florecer.

------------------------------------------Texto y fotos: Eduardo García Carmona.
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No hace muchos años acercarse hasta Rioseco de Tapia, era entrar en uno de los mejores cotos trucheros de León. Las truchas de Rioseco tienen la peculiaridad de que son de buen tamaño y muy vistosas. Sus pintas mostraban la belleza natural de nuestra singular trucha común. El río Luna antes de unirse al Omaña para formar, en Secarejo, el río Orbigo, da sus últimos coletazos en este tramo acotado. Ya no es el Luna de la montaña de Babia, ni siquiera el Luna aguas abajo de Barrios del mismo nombre.
El Luna, aquí, tiene una singularidad muy especial. Dos embalses hacen que el mismo se transforme en algo totalmente distinto. No es río de montaña, ni de llano, por estos lares. Sus aguas, no demasiado caudalosas en invierno, tienen luz propia, reflejándose en las mismas el verdor de los muchos prados que atraviesa, los arbustos de la montaña baja, o las choperas que le acompañan en la orilla. El poco caudal deja ver al pescador las piedras de su lecho y el verdor de las ocas.
El curso del río, en este tramo, se rompe en mil pedazos, creando infinidad de brazos e islas. Cuando sus aguas se vuelven a unir, el río baja más poderoso, pero es precisamente en los brazos creados, donde el pescador se recrea pescando con habilidad y tiento, como si en un río de montaña estuviese.
La trucha tiene grandes defensas entre las piedras del fondo, los raizones, ocas y cuevas. Así siempre la trucha de Rioseco tuvo esa cualidad de ser fuerte, bella y admirada por el pescador. Esa trucha todavía existe en Rioseco, pero lamentablemente ha disminuido su población notablemente. Son escasos aquellos hermosos ejemplares que se pescaban hace unos años.

LA ENFERMEDAD Y SU REGENERACIÓN

Casi sin darse cuenta nadie llegó la enfermedad de la Saprolegnia y echó por tierra las esperanzas de muchos pescadores. La virulencia de la enfermedad fue tal a finales de los 80, que pocos podrían pensar que después de cuatro años, el coto se podía recuperar como lo hizo, gracias a las repoblaciones.





Cuando todo indicaba que la mala racha había pasado y que Rioseco volvía por sus fueros, llegó la extraña unificación de dos buenos tramos acotados: Villarroquel y Rioseco, para formar el coto del mes, un evento que por suerte duró poco. Había días, que pescar en el antiguo coto Rioseco-Villarroquel era peor que salir a lo libre. La Administración se dio cuenta y rectificó algo que en lugar de solucionar, complicó sobremanera las jornadas de pesca en aquél coto “monstruo”.
Rioseco tardó varios años en recuperarse de aquella presión pesquera y el furtivismo. Otro tanto le ocurrió a Villarroquel. La sequía de los primeros años de los 90, tampoco ayudó a que se recuperasen los cotos.

En la actualidad, hay que vigilar más los vertidos ya que las aguas residuales de los pueblos, sin depuradoras, van a parar donde siempre, así como las aguas utilizadas para el riego las cuales, una vez cumplida su misión, vuelven al cauce normal del río, pero ya plagadas de insecticidas, herbicidas, abonos, etc. que lo único que están haciendo es terminar con nuestra trucha.
Cuando las ocas comienzan a florecer se cubre el cauce de un manto blanco y amarillo, que hace casi imposible la pesca, pero que sirve de refugio a las pintonas que, parece han vuelto a “florecer” como las ocas en primavera.
Rioseco ha vuelto a ser un coto de categoría, pese a los altibajos que sufre constantemente y es uno de los cotos favoritos de los mosqueros de todo el uno. En sus aguas no es difícil encontrarse a franceses, portugueses o italianos. Por algo eligen este tramo para practicar la pesca a moca seca, ¿no?

MEJORES ZONAS DE PESCA Y ACCESOS

La parte superior del acotado, aguas debajo de embalse de Selgas, tiene unas tablas hermosas donde practicar el lance para, una vez llegados al puente de Tapia de la Ribera a Selga de Ordás, encontrar un lugar paradisíaco, muy cerrado por la vegetación de orilla y que nos deparará muchas sorpresas agradables. Es difícil de andar, pero muy bueno para la pesca. El río, a continuación se abre presentando tablas hermosas par el lance, con total comodidad. Es más, se puede cruzar a la otra orilla, gracias a una rasera muy ancha que lo permite. Después, las tablas se suceden. Unas veces son de aguas rápidas, otras se acomodan y se duermen, pero odas ellas poseen abundante vegetación acuícola.
Después de unos 800 metros, llegamos a una de las mejores zonas del acotado. El río se topa con una inmensa pradería que sirve de cobijo para los pescadores y sus familias. Es la zona done más coches nos encontraremos y se encuentra un poco por debajo de Tapia de la Ribera. Frente a la pradera el río ofrece una hermosa tabla, después una buena rasera en caída hacia otra tabla, otra rasera y así hasta llegar a una curva donde el Luna choca con una roca y forma un pozo precioso donde las sorpresas son abundantes.
El río se vuelve a cerrar a causa de la vegetación de orilla, pero no por ello no podemos pesar con garantías. Tabla tras tabla. Rincón tras ricón. Rasera tras rasera, hasta que legamos a Rioseco de Tapia, otra buna zona de pesca, o al menos de las más visitadas. Las mejores zonas están casi frente al pueblo. Otros eligen lo más bajo del coto, hasta llegar al puente de Santibáñez de Ordás.
Todo el acotado es bueno, sólo hay que tener suerte con el día, el caudal y que las pintonas quieran entrar pero el paraje es ideal.







El límite superior está en la misma cabecera del embalse de Selgas, siendo el límite inferior el Puente de Santibánez, que va hasta Santa María de Ordás. La longitud del coto de Rioseco es aproximadamente de 4,5 kilómetros. Siendo la distancia desde León de unos 40 kms.
Las vías de comunicación son muy buenas. Desde León, se pueden acercar los pescadores por dos caminos. Por un lado, desde León por la carretera de Caboalles hasta Camposagrado, para allí coger la desviación en Villadangos del Páramo. Al llegar a Villanueva de Carrizo se coge la carretera de Cimanes del Tejar que va hasta La Magdalena. Si se quieren ahorrar unos kilómetros, también se puede ir por la carretera de San Andrés del Rabanedo hasta Villanueva de Carrizo.

miércoles, 13 de agosto de 2008

Santa Marina y el gran Órbigo...

SANTA MARINA EDS Órbigo II

Un excelente EDS con mucha trucha, donde se celebran las competiciones.


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Texto y Fotos: Eduardo García Carmona.
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La fama del acotado de Santa Marina en aguas del río Orbigo, traspasaba los límites nacionales. Eran muchos los elogios que tanto pescadores nacionales como extranjeros hacían de este tramo de río, cada vez que pescaban en él, llegando la fama a darle el título honorífico de “mejor coto de pesca de truchas de Europa”. Franceses, ingleses y algún que otro pescador italiano, gustaban cada temporada de pescar en Santa Marina. Era un paraíso único, donde la trucha común, nuestra singular "pintona", se conservaba de una forma excepcional. La calidad de sus aguas y el mucho alimento de las mismas, hacían posible que los ejemplares tomasen en pocos años dimensiones enormes. Fue Santa Marina, el más importante reducto natural para practicar el arte de la pesca a caña con auténticas garantías de éxito al ser un río "campeón".
Los pescadores de cualquier provincia española, siempre que podían se acercaban hasta sus orillas para practicar este arte de paciencia, ilusión, constancia, tesón, tensión y a veces cabezonería, haciendo historia meritoria de un río que en su vientre siempre ha llevado la calidad de su trucha, y que ha conseguido que múltiples ejemplares extraídos de sus aguas, hayan sido la admiración de propios y extraños en cualquier lugar de la tierra. Es tanta la fama del coto de Santa Marina, que resulta extraño que pescadores que se precien de serlo, no conozcan su ribera, o al menos no hayan oído hablar de un buen día de pesca en sus aguas.
Santa Marina ha sido, sin lugar a dudas, el coto de trucha común más importante de Europa, el gran almacén truchero de España y el que daba prestigio a esta tierra leonesa. Ahora, y después de unos años en el que estuvo olvidado y repleto de lucios, ha vuelto a la gloria después de una decadencia tremenda. Recuerdo, con especial añoranza, cuando después de varias temporadas intentando pescar en sus aguas, al fin conseguí ser uno más de una lista interminable que gozó pescando piezas de auténtico valor por su pesaje y tamaño. Era extraño no conseguir capturas que diesen en la báscula más del kilo. Los pescadores acudíamos a sus orillas como moscas a la miel.
En Santa Marina, se han celebrado todo tipo de competiciones, llegando la culminación con las finales de la Semana Internacional de la trucha en la época de su mayor apogeo.¿Y ahora qué? Ahora, convertido desde hace unos años en Escenario Deportivo y Social por la Administración, donde sólo se pesca sin muerte, Santa Marina ha vuelto por sus fueros con abundante trucha y de buena calidad.
La Junta de Castilla y León le ha sabido dar a este tramo acotado un servicio que pedían a gritos las Asociaciones de Pescadores desde hacía años. Aquí se están celebrando todas las competiciones selectivas de la Federación y, también, los pescadores en general pueden disfrutar pescando en sus aguas.

EL COTO Y SUS ACCESOS


El coto tiene una longitud de 5 kilómetros, aproximadamente. El límite superior se encuentra en el puente de Santa Marina del Rey, en las mismas compuertas. Termina en el pozo conocido como "El Petacal", a unos 400 metros aguas abajo de Villamor.
Enumerar las mejores tablas para pescar es muy difícil, prácticamente todo el curso presenta fenomenales condiciones para este deporte, con garantía de disfrute y comodidad. Pese a la maleza, arbustos y espinos existentes en las orillas, el lance se hace cómodo y para pescar a mosca seca es fenomenal.
Uno de los principales problemas que tiene este río es el estar controlado por pantano. Lo de controlado es un decir, ya que más bien se puede decir lo contrario, debido a que en verano y por el tema de los riegos, un día el pescador se puede encontrar el río en perfectas condiciones de pesca y al día siguiente al revés, con demasiado caudal. Por si fuese poco, en el puente de Santa Marina, también se regula, pasando el agua para el canal del Páramo y la Ribera.
Existe mucha vegetación, principalmente choperas y alisos, pero con muy buenas entradas al río para los pescadores. Los accesos para acudir a pescar a Santa Marina son cómodos y con buena carretera. Para acudir desde la capital, los pescadores lo pueden hacer por La Virgen del Camino hasta Villadangos para coger la carretera que lleva directamente hasta Santa Marina del Rey, célebre localidad por muchos motivos, pero sobre todo por su gran feria del ajo. Allí, una vez cruzado el puente sobre el río Orbigo, se puede entrar a mano izquierda hasta El Plantío, ya que existe un camino de tierra en bastantes buenas condiciones para transitar por él, pero con precaución.
Para los pescadores que acudan del Bierzo, el acceso es por la carretera hasta Astorga y de aquí hasta Hospital de Orbigo para coger la carretera de La Bañeza a La Magdalena, pasando por San Feliz de Orbigo y Benavides del mismo apellido, cogiendo el cruce con la carretera del puente de Santa Marina.
La distancia aproximada desde León, es de 40 kilómetros, mientras que desde Ponferrada son cerca de 80.


MEJORES ZONAS DE PESCA

Recomendar alguna zona concreta para pescar en Santa Marina es tener que recomendar la totalidad del coto porque todo él es excelente para el lance a mosca seca o a mosquito ahogado o pesca a la leonesa.
Hay pescadores que se aventuran a pescar en el mismo cabecero del coto, aguas abajo de las compuertas. Doy fe de que he pescado ejemplares de gran talla en la tabla que va hasta la primera curva, pero más abajo lo mismo. Existen unos pozos estupendos, con unas caídas y entradas sensacionales para pescar. La zona del puente colgante, a unos 800 metros de la cabecera del coto, nos da la oportunidad de pesar con grandes garantías de éxito. Las tablas se suceden con aguas profundas, donde las ocas se pueden ver, s el río baja alto, o donde éstas nos muestran sus flores, si el río baja mermado de caudal, pero donde las “pintonas” toman muy bien el engaño a poco que se les presente bien la mosca entre los canalillos que se forman.
Así nos encontraremos metro a metro, paso a paso, el río Órbigo en este tramo acotado destinado a EDS, hasta llegar a Villamor de Órbigo. Desde el puente, tanto aguas arriba como hacia abajo, las tiradas se suceden y las truchas ganan en calidad.
La parte final, con el pozo El Patacal por medio, presenta otra de las zonas favoritas de los pescadores. Aquí, si tenemos oportunidad y pinchamos un buen ejemplar, nos puede llevar la mosca y hasta buena parte de la cola o por lo menos darnos un buen susto. No es difícil conseguir a la salida o entrada del pozo, ejemplares de más del kilo.
En definitiva, todo el tramo acotado es idóneo para pescar, además las truchas, a no ser que estén muy selectivas, debido a variaciones constantes de caudal, tomarán muy bien las moscas, especialmente tricópteros negros, con tejadillo flor de escoba encendido y cercos color rubión, montados en diferentes tamaños de anzuelo. Además de este tipo de mosca, habrá que observar lo que está cayendo el día que vayamos y colocar alguna similar.

PARA VISITAR

Es obligado encontrándose cerca de Hospital de Orbigo, visitar y admirar el Puente del Paso Honroso. Este puente, según la historia, fue defendido por Don Suero de Quiñones, por el honor de su dama, junto a otros caballeros que durante treinta días pelearon y rompieron 300 lanzas. En la batalla murió el caballero aragonés, Esbelto de Claramonte. Aquellas lanzas rotas, con el tiempo, prendieron en la tierra convirtiéndose en esbeltos árboles.
El Puente Honroso se conserva en perfecto estado y es una auténtica joya de la época que todos los habitantes de la localidad custodian y admiran como algo muy representativo de ellos, que lo es. Por la noche cuando está iluminada la zona, el espectáculo es digno de admirar por la belleza que tiene.
Desde hace unos años coincidiendo con las fiestas de San Juan se celebran unas “Justas medievales” donde se conmemora la batalla de Don Suero. Estas han sido declaradas de “interés turístico”. También se celebran un “mercadillo” medieval, donde la única moneda válida son los “maravedíes”.